Considero que en estos días de libertad y derechos civiles para todos, sea difícil entender a fondo la importancia de ciertas personas que han aparecido en las páginas de nuestros libros de la historia. Podemos leer sobre estos personajes en la escuela o ver documentales sobre ellos en la tele pero es difícil realmente captar el sentido de lo que nos dieron sin vivir en su época, con todas sus dificultades y luchas, vivir sin las cosas que hoy en día, damos por sentado y así, minusvalorar su peso en nuestra historia. Personas como Martin Luther King y Emmeline Pankhurst, por ejemplo.
John F Kennedy también dejo una gran huella en la historia y la sociedad no solamente de los estados unidos sino también en el mundo entero. Hombre político que marcó una generación por su habilidad y humanidad como presidente del país más poderoso del mundo. Tenaz en su deseo de mostrar al mundo que América fuera el país más avanzado, eso se destaca en su rivalidad con Rusia en el concurso para conquistar el espacio que fue apodado el “Space Race”. Se mostró pacífico y capaz a la hora de hacer frente a las tensiones alrededor de la crisis de los misiles en Cuba y así evitar una guerra que sin duda habría sido la más devastadora hasta la fecha. El público podía ver su sinceridad y ternura en los momentos pasados con su familia frente a las cámaras cuando hacía el papel de un padre de familia muy atento con sus hijos. Imagino que fue una especie de estrella-presidente ya que, en aquella época de televisión y medios era fácil para el público seguir todos sus pasos y sentirse cerca de él.
Pero fue su lucha contra el racismo y por los derechos de todos, para que todos tuviesen igualdad en su visión para américa que ha demostrado ser la más polémica de su presidencia y generó respeto y odio en la misma medida. Su postura en aquel asunto causó que tuviera muchos detractores hacia su política de derechos civiles.
Todas las características mencionadas le convirtió en el presidente más amado pero por desgracia lo que le convirtieron en una leyenda fue su asesinato. Todo el mundo sabe dónde estaba en aquel momento cuando se enteró de su muerte. Aún hoy, cincuenta años después, mis padres se acuerdan con facilidad de lo que estaban haciendo al enterarse de la tragedia. Fue uno de aquellos momentos que puede cambiar el mundo, como fue el día 11 de septiembre para nuestra generación.
El debate sobre quien lo mató sigue hasta la fecha, es todavía un crimen no resuelto pero creo que la gente debe seguir hablando del hombre y no de los acontecimientos que nos quitaron a uno de los grandes de todos los tiempos, uno que no se borrará nunca de las páginas de la historia.
